Culpo a mi madre por haber promovido en mi la apreciación por las artes y artesanías, fervor que a lo largo de los años se transformo en dedicación y búsqueda de mi propia expresión en las artes y las artes aplicadas.
Desde hace ya algún tiempo también he proyectado y realizado movimientos, tipo tianguis cultural, reuniendo gente interesada en promover la cultura, espacios artesanales callejeros, foros económicos para exhibir artistas en diferentes ciudades de México. He de agregar que por motivos desconocidos estas ideas de repente revolotean en mi cabeza y vuelan de mi boca de una manera muy espontánea.
La Nueva Aventura.
Ya casi había olvidado la palabra, de hecho no había pensado en incluirla en el nuevo proyecto por considerarla un tanto derogativa. Pero Natalia insistió:
“Tianguis es una palabra y un concepto que viene de la cultura mexicana Antigua. Era el sitio de intercambio comercial de los Aztecas que maravillo a los españoles a su llegada”,- dijo ella.
Yo dije: - “OH! ?!!?”- y he de confesar, no lo sabia.
Natalia hizo bien.
Hernán Cortés me contó lo demás. Y en su narración me fui soñando por las calles y pasillos del tianquiztli de Tlatelolco que llenaron de encanto sus ojos extranjeros; Senderos de gente llenos de colores, olores y diversas sensaciones, trueque, cacao, oro en polvo, cobre, madera, miel, y cantos que entretejían los artesanos con sus manos de barro entre incienso y formas extrañas a ojos del conquistador.
Tianguis es un concepto extenso y hasta puede decirse complejo. El México de hoy esta lleno de estos, y el mexicano emigrante se los lleva con ellos también al lugar al que vaya. Diferentes todos, cargados de historias, intereses políticos y sociales, de popular encanto para propios y extraños, y todos parte de nuestra cultura intrínseca.
Pues ya bien despierto de mi caminata Pochteca, me atreví a soñar así:
“Hay que hacer un tianguis”- me dije, les dije a todos y me di cuenta de las mil voces que acompasan este sueño de trabajo y sol batiéndose en la frente,
“Un tianguis” dijo Natalia.
“Que sea mas limpio”-otro proponía-“mas estético, mas surtido, mas publicitado, mas seguro, mas planeado”.
“Hay que hacer un tianguis cultural”. Seguíamos diciendo.
“En Ensenada, en el primer centro cultural del puerto, donde quienes laboren con sus manos se reúnan para hacerle honor a nuestra tierra, para que nuestras voces se escuchen cada una y todas juntas ”.
“Si, que se llame “Tianguis de CEARTE” en la plaza de la estrella. Que sea cada domingo, para que todos vayan”
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